Imagen de radar COSMO-SkyMed
Es hora de actuar, cuidar de este mundo, nuestro mundo. Es hora de reconectarse con nuestro planeta. Como lo ha resaltado la experiencia de la pandemia de Coronavirus, respiramos como uno solo con nuestro Planeta, nuestro único hogar. Mientras celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente 2020, palabras como respeto, compromiso y unidad informan nuestra causa común para proteger el mundo natural y lograr un medio ambiente sostenible para todos.
La Tierra, vista desde el espacio con las tecnologías de Leonardo, es cada vez más frágil. Tan frágiles son sus ecosistemas, ahora bajo observación cuidadosa. Los datos que recopilamos son indispensables para comprender el delicado equilibrio entre nuestro planeta, que debemos proteger para las generaciones futuras, y la raza humana, su inquilino inquietante. El Día del Medio Ambiente es un recordatorio recurrente de que nosotros, como especies tecnológicas con capacidades para cambiar las cosas, tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro planeta.
En los últimos cien años se ha cuadruplicado la población humana, que ha superado los siete mil millones, y un crecimiento excepcional de la economía planetaria, con un PIB global aumentado en veinte veces. Esta expansión ha sido acompañada por cambios radicales en la interacción humano-planeta, que han causado efectos sin precedentes en el ecosistema en comparación con los últimos milenios. El progreso tecnológico determina perturbaciones complejas del sistema ecológico, que a su vez provocan consecuencias imprevisibles a mediano y largo plazo.
En las últimas décadas, la investigación ecológica y económica ha intentado varias veces establecer los «límites del desarrollo» y estimar los valores de umbral para cada una de las interrupciones que afectan al sistema de la Tierra, como el cambio climático y la integridad de la biosfera. Sin embargo, evaluar el verdadero nivel de nuestra interrupción depende de demasiadas incertidumbres y no es fácil de monitorear. Y aquí radica el corazón del papel de Leonardo, usar la tecnología para aprender, medir, reaccionar. Y reinventar.
Las imágenes de los satélites que orbitan alrededor de la Tierra proporcionan una amplia variedad de datos útiles para informar la protección del medio ambiente, incluida la información sobre la temperatura de la superficie de la tierra y el mar, la acidificación y la calidad del agua, la humedad del suelo, la salud de las plantas y la contaminación del aire. Estos datos se pueden usar en muchas áreas …
Monitoreo de la capa de ozono: el GOME-2 (Global Ozone Monitoring Experiment-2), a bordo de los satélites MetOp, es un espectrómetro de imagen que recopila datos para medir la concentración de ozono y otros gases en la atmósfera que protegen la Tierra de los efectos nocivos de rayos ultravioleta.
Medición del cambio ambiental en la tierra y en los océanos, donde el SLSTR (Radiómetro de temperatura de la superficie del mar y de la tierra), a bordo del satélite Sentinel-3 (parte del programa europeo Copernicus ), puede medir la temperatura a través de sensores ópticos y térmicos, proporcionando un valioso apoyo a meteorología y climatología. Luego está Floris, el espectrómetro de alta resolución para mapear la salud de la vegetación, que detecta la intensidad de la fluorescencia de la fotosíntesis de clorofila, a unos 800 kilómetros de distancia. Gracias al láser ultravioleta ALADIN (Atmospheric LAser Doppler INstrument), Aeolus es el primer satélite capaz de medir la velocidad y dirección del viento a escala planetaria.
Comprender el calentamiento global: con los sistemas satelitales de observación de la Tierra, es posible identificar áreas o vecindarios donde se generan “islas” de calor dentro de las ciudades. El análisis de las imágenes adquiridas permite un monitoreo diario de la temperatura de todo el territorio urbano, dando la oportunidad de identificar en qué áreas urbanas los efectos de la ola de calor podrían tener un mayor impacto.
También hay innumerables aplicaciones de PRISMA, el nuevo satélite para la observación terrestre. Lanzado por la Agencia Espacial Italiana (ASI) el 22 de marzo de 2019, PRISMA puede monitorear el delicado ecosistema terrestre, incluidas las condiciones del agua y el suelo, pero también los elementos químicos en la atmósfera, datos que pueden ser valiosos también en caso de desastres naturales. En unos segundos y desde más de 600 kilómetros de distancia, PRISMA realiza un análisis químico-físico de las áreas bajo observación mediante la identificación de las bandas espectrales de cada elemento físico y devuelve información extremadamente precisa.
Nuestra protección del medio ambiente también se lleva a cabo a través de asociaciones con todo el ecosistema de innovación. Por ejemplo, Telespazio, e-GEOS y GAF junto con el Politecnico di Milano, la Universidad «La Sapienza» de Roma, SEELab de SDA Bocconi y otras empresas y nuevas empresas, han firmado la carta de GEOHub, una red que facilita la innovación abierta para desarrollar Soluciones de geoinformación para la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Todos estos son ejemplos tangibles de la misión de Leonardo de aprovechar las oportunidades que ofrecen los avances tecnológicos como los servicios satelitales de geoinformación y big data, aplicaciones de inteligencia artificial, servicios en la nube, blockchain y aprendizaje automático, para proporcionar herramientas innovadoras que transformen los grandes datos espaciales en objetivos específicos, aplicaciones oportunas y fáciles de usar en sectores como gestión de emergencias, agricultura de precisión, monitoreo ambiental y de infraestructura, inteligencia de negocios.
Además de esto, Leonardo a través de e-GEOS, también proporciona monitoreo de derrames de petróleo en el mar y la ubicación geográfica del barco ( SEonSE ), mediciones interferométricas para controlar deslizamientos de tierra, cartografía temática para agricultura, silvicultura y agricultura de precisión ( AgriGeo ), servicios para áreas urbanas ( UrbanGEO ) y monitoreo de la selva amazónica y el área del Ártico.
La ARCSAR (Red de preparación para emergencias y seguridad del Ártico), el proyecto europeo dentro de Horizonte 2020, se lanzó para alentar la discusión sobre seguridad, respuesta a emergencias, desarrollo tecnológico, perspectivas económicas, geopolíticas y ambientales en la región del Ártico. Leonardo es el único socio industrial del proyecto, trabajando junto con centros e instituciones de investigación de 13 países. Además de los sistemas satelitales ya activos en la región, la compañía pondrá a disposición del proyecto tecnologías como sistemas de patrulla marítima y de navegación y tecnologías integradas para proteger el territorio del continuo cambio climático.
¿Es este el final de la historia? No, solo estamos al principio. Pero es un comienzo del que Leonardo está orgulloso. Especialmente en este momento de emergencia que nos recuerda que la supervivencia y la sostenibilidad de nuestro planeta deben estar en el corazón de nuestra existencia. ¡No somos nada sin un hogar!
Leonardo/Junio 5 de 2020
