Cada año, más de 100 millones de pasajeros y 1,6 millones de toneladas de carga son transportados por vía aérea en Brasil. Hay más de un millón de vuelos que conectan los aproximadamente 4.000 aeródromos del país con el resto del mundo. La organización eficaz, segura y sostenible de estos vuelos requiere un seguimiento minucioso en tiempo real. En este momento, los controladores aéreos entran en juego para garantizar la seguridad, la fluidez y el orden del tráfico aéreo brasileño.
El 20 de octubre se estableció como Día Internacional de los Controladores de Tránsito Aéreo, una fecha que se remonta a la primera reunión mundial de profesionales del tráfico aéreo, celebrada en 1960. Celebrada en Grecia, la efeméride marcó también la creación de la Federación Internacional de Asociaciones de Controladores de Tránsito Aéreo (IFATCA).
En Brasil, sin embargo, los controladores llevan más tiempo trabajando. La primera promoción de controladores de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) se graduó en 1944 en la antigua Escuela Técnica de Aviación (ETAv), entonces con sede en São Paulo (SP). Siete años más tarde, en 1951, la Escuela de Especialistas Aeronáuticos (EEAR), en Guaratinguetá (SP), absorbió la enseñanza de la especialidad para los graduados de la FAB, lo que aún ocurre hoy. También hay entrenamiento e instrucción en el Instituto de Control del Espacio Aéreo (ICEA) y en el Centro de Instrucción y Adaptación Aeronáutica (CIAAR), cada uno con características y enfoque diferentes, donde también hay oficiales y civiles en el alumnado.
«El sector de la aviación evoluciona cada vez más y las tecnologías aportan innovaciones a una velocidad que exige una gran capacidad de absorción y adaptabilidad por parte del controlador. La habilidad específica del control del tráfico aéreo también es un reto y requiere mucha atención, rapidez mental y equilibrio emocional en todo momento», afirma el controlador aéreo del Tercer Centro Integrado de Defensa Aérea y Control del Tráfico Aéreo (CINDACTA III), el sargento Hilton Vanderlei de Souza.
La Sargento Controladora Aérea Bruna Martins, que trabaja como instructora en el Centro Regional de Control del Espacio Aéreo del Sudeste (CRCEA-SE), define la actividad como dinámica, que requiere agilidad, concentración, sinergia, organización y, sobre todo, trabajo en equipo. «Soy consciente de que tengo una gran responsabilidad a la hora de concienciar a los recién llegados al Control de la importancia de cada acción y de ayudarles a desarrollar las habilidades necesarias para desempeñar nuestra actividad. Como instructora, promuevo el aprendizaje de forma práctica y acompaño al alumno en la posición operativa, guiándole, asistiéndole e interviniendo», afirma.
En la actualidad, la FAB cuenta con unos 4.000 controladores. Repartidos por todo el país, trabajan en Torres de Control de Aeródromo, Controles de Aproximación, Centros de Control de Área, Órganos de Control de Operaciones Militares, Centro de Gestión de Navegación Aérea, entre otros órganos operativos.
FAB/Octubre 20 de 2023