Las Alas de Bombardeo 509ª y 131ª culminaron la última edición del ejercicio Spirit Vigilance con un despegue masivo de 12 bombarderos furtivos B-2 Spirit el 15 de abril en la Base Whiteman de la Fuerza Aérea de EE-UU (USAF).
Spirit Vigilance forma parte de una serie de ejercicios rutinarios que realizan las bases de ataque global de la Fuerza Aérea en toda la empresa y que se centran en la formación y preparación de los aviadores. Estos ejercicios se planifican con regularidad y se llevan a cabo para evaluar y mejorar continuamente las capacidades de disuasión de Estados Unidos.
«Estoy orgulloso de la dedicación mostrada por nuestros aviadores y civiles para garantizar el éxito de este ejercicio», dijo el coronel Keith Butler, comandante de la 509ª Ala de Bombarderos. «Los ejercicios son críticos para nuestra preparación y una poderosa herramienta para demostrar al mundo que el B-2 es una disuasión estratégica creíble y fiable».
Las demostraciones visuales de poder pueden servir como recordatorio a los adversarios potenciales del abrumador poder aéreo que puede aportar el B-2.
«Como el avión más estratégico del mundo, el B-2 tiene un efecto enorme en la competición entre grandes potencias», dijo el coronel Geoffrey Steeves, comandante del 509º Grupo de Operaciones. «Las Alas de Bombardeo 509ª y 131ª son las encargadas de entregar las armas más poderosas de la nación, y el B-2 es el único avión del planeta que combina sigilo, carga útil y ataque de largo alcance».
Según el sargento mayor jefe Frank Espinoza, jefe de armamento del ala del 509º Grupo de Mantenimiento, ejercicios como éste son valiosos para los aviadores y para la misión del ala.
«En general, los ejercicios centrados en la generación rápida de potencia aérea desempeñan un papel crucial en la mejora de nuestra preparación, capacidad de respuesta y eficacia, al tiempo que fomentan la disuasión, la tranquilidad y la interoperabilidad entre los países aliados y socios», declaró Espinoza.
Aunque el B-2 en sí es un poderoso elemento disuasorio, Steeves subrayó que las personas que lo respaldan son igual de importantes para la misión.
«Nuestros aviadores son los responsables de que esta plataforma sea letal», dijo Steeves. «Además de los operadores encargados de volar en combate, nuestra misión requiere defensores que protejan la aeronave, médicos que mantengan nuestra salud y mantenedores que se aseguren de que esta plataforma siga lista para el combate. Nuestros pilotos nos diferencian de nuestros adversarios. Confiamos en ellos y los capacitamos para resolver problemas de forma creativa y garantizar el éxito de la misión».
A medida que la Fuerza Aérea cambia su enfoque hacia la Competición de Grandes Potencias, la misión en Whiteman AFB desempeña un papel vital en la estrategia de defensa de la nación.
«El bombardero furtivo B-2 nunca ha sido tan relevante como ahora», dijo Steeves. «Fue concebido en plena Guerra Fría, pero se puso en servicio al mismo tiempo que se derrumbaba el Muro de Berlín y caía la Unión Soviética. Ahora, más de 30 años después, el B-2 está cumpliendo el papel para el que fue creado: la competición entre grandes potencias».
Los aviadores de las Alas de Bombardeo 509ª y 131ª validaron el papel del B-2 en esa competición durante Spirit Vigilance.
«El público estadounidense y nuestros socios internacionales pueden estar seguros de que poseemos un poder aéreo sin parangón para apoyarles», dijo Butler. «Además, disuadimos eficazmente a nuestros competidores casi pares mostrando constantemente nuestra capacidad de ofrecer capacidades de ataque global abrumadoras en cualquier momento y en cualquier lugar».
USAF/Abril 23 de 2024
