Algunas tradiciones familiares son más profundas que otras, pero durante décadas ha habido pocas cosas más habituales que servir al país para dos Comandos Aéreos Ciudadanos asignados al Ala de Operaciones Especiales 919. El capitán Brock Harrell, piloto del 859º Escuadrón de Operaciones Especiales, siempre ha admirado el compromiso y el sacrificio de su padre, el sargento mayor Mark Harrell, superintendente de mantenimiento de aeronaves del 919º Escuadrón de Operaciones Especiales. El Día del Padre le brinda la oportunidad de expresar su gratitud por el impacto de su padre en su vida.
«Mi padre fue una gran inspiración en mi decisión de unirme a las Fuerzas Aéreas», dijo Brock. «Creo que todo empezó cuando veíamos zumbar a los fumigadores sobre los campos y veíamos juntos los espectáculos aéreos».
Tras graduarse en el instituto, Brock se matriculó en la universidad y poco después decidió unirse al 919º SOW. Comenzó su carrera en un puesto de alistado como jefe de carga del 5º Escuadrón de Operaciones Especiales. Su abuelo sirvió en el Ejército del Aire, su padre también, y ahora le tocaba a él.
«Siempre pensé que era una buena idea para él», dijo Mark. «De hecho, empezó desde abajo hasta que se familiarizó con las Fuerzas Aéreas y se abrió camino».
En 2016, Brock se dirigió a la Escuela de Formación de Oficiales en la Base Aérea de Maxwell, Alabama, para obtener su comisión y poder perseguir su sueño de volar. Al final del riguroso curso de nueve semanas, Brock celebró este nuevo camino con su padre y su abuelo.
«Estuve rodeado de miembros de las Fuerzas Aéreas desde una edad temprana e hice un esfuerzo consciente por hablar con los aviadores que me inspiraban», dijo Brock. «Siempre supe que quería ser piloto, pero simplemente tomé un camino más largo para llegar allí».
Ahora, su atención se centra en equilibrar las exigencias de volar para las Fuerzas Aéreas con el trabajo y sus compromisos en casa.
«Mi familia me apoya mucho en mi carrera militar», dice Brock. «No les gusta cuando mi padre o yo nos vamos, pero entienden los sacrificios que tenemos que hacer cuando servimos».
Su familia ha utilizado programas como el Yellow Ribbon Reintegration Program y el Military One Source para ayudar a mantener su resistencia antes y después de los despliegues.
Además de sus tareas habituales en las Fuerzas Aéreas, Brock ayuda a su padre Mark a dirigir una granja en Alabama. Su padre supervisa 100 acres de tierra de cultivo con 33 vacas. Ambos ayudan a segar y a cuidar el ganado.
«Es mi trabajo a tiempo completo, aparte de lo que hago para la Reserva», dijo Mark. «A mi hijo le gusta ayudar, pero creo que para él es más divertido que nada. Ya sea en la granja o apoyando su carrera militar, nuestra familia está unida».
Brock tiene ahora dos hijos propios y señaló que, aunque todavía no han expresado su deseo de unirse al servicio, eso podría cambiar más adelante. Hasta entonces, la tradición de servicio de la familia Harrell sigue presente en Duke Field.
«Brock está continuando el legado que yo empecé aquí hace años», dijo Mark. «Este es un trabajo voluntario, y él está marcando la diferencia».
Ahora que el padre de Brock está a punto de jubilarse, aprecia las pocas ocasiones en las que sus obligaciones les permiten verse aunque sea por un breve momento. Al final del día, espera que sus contribuciones tengan un impacto en el escuadrón y se alegra de continuar el legado familiar de apoyo a la misión del 919º SOW.
«Estoy orgulloso de ser un aviador y de continuar la tradición», dijo Brock. «Me encanta proteger a nuestro país y quiero ser el mejor líder que pueda ser mientras hago el trabajo».
USAF/DUKE FIELD, Fla. (AFNS). Junio 19 de 2022
