Este viernes 21 de marzo la Fuerza Aérea de Chile conmemora 95 años de su creación como rama independiente de la Defensa Nacional, Institución que aporta con sus medios humanos y materiales a la defensa y el desarrollo del país.
Bajo la firma del Presidente Carlos Ibáñez del Campo se crea el 21 de marzo de 1930 la Fuerza Aérea Nacional (FAN) como un arma nueva e independiente, unificando los Servicios de Aviación del Ejército y la Armada, para luego en 1937 dar paso a su actual nombre “Fuerza Aérea de Chile”.
La historia consagra al Comodoro Arturo Merino Benítez como el prócer de la aeronáutica nacional, principal impulsor de la aviación chilena y fundador de la Institución, gracias a su visión de futuro se empeñó en unir a Chile por los “Caminos del Aire”, factor que consideró indispensable para el desarrollo y el porvenir de la Patria.
Una historia que se inició sobre la base de los sueños y sacrificios de los pioneros de la aviación militar con hitos gloriosos como el primer vuelo militar del Capitán Manuel Ávalos, el 7 de marzo de ese 1913; el cruce de Los Andes del Teniente Dagoberto Godoy en 1918; y el raid a Brasil del Capitán Diego Aracena en 1922, entre otras hazañas.
La creación de la Fuerza Aérea de Chile fue clave ya que puso alas y velocidad a la integración y desarrollo de nuestro país. No se trató solamente de una nueva arma para la defensa, sino de una Institución pensada, desde su génesis, para el doble propósito de defender la soberanía nacional y de contribuir al desarrollo nacional a través de la conectividad e integración del país.
Logros de gran importancia en esta historia fueron más tarde el vuelo del Manu Tara a Rapa Nui, isla a la que anualmente se acude con equipos de salud para apoyar al Hospital de Hanga Roa y a través del traslado de estudiantes y evacuaciones aeromédicas. También la proyección a la Antártica, afianzada con la construcción del aeródromo Teniente Rodolfo Marsh en la Base Aérea Antártica Presidente Frei e incluso a la profundidad del continente antártico Polo Sur, al que se arribó el 28 de enero de 1999.
Desde su nacimiento, la Fuerza Aérea de Chile ha ido evolucionando para cumplir su principal rol en la defensa nacional y contribuir al desarrollo de la Patria, materializando el sueño de sus precursores, uniendo todo el territorio nacional a través de los Caminos del Aire.
Algunos de los hitos más trascendentes en la historia de la aeronáutica nacional han sido los puentes aéreos, operaciones destinadas a generar la apertura y mantención en las líneas de comunicaciones permitiendo la entrega de ayuda a miles de chilenos frente a los grandes cataclismos y la pandemia que afectó al país.
En total la Fuerza Aérea de Chile ha apoyado, contribuido y liderado siete Puentes Aéreos: terremoto de Chillán en 1939, terremoto y tsunami de Valdivia en 1960; terremoto de Concepción en 2010; terremoto en Iquique en 2014; aluvión en Atacama en 2015; terremoto en Bio Bio, La Araucanía, Los Lagos y Aysén en 2016; y Pandemia de Covid-19 desde el 2020 al 2023.
Durante la pandemia de Covid-19, la Institución realizó su séptimo puente aéreo, en el que su personal trabajó incansablemente para proteger y llevar auxilio a quienes más lo requerían. Para ello la Institución dispuso de todas las capacidades polivalentes de sus medios.
En el marco del Estado de Excepción Constitucional 2020-2021 por el Covid-19, la Fuerza Aérea realizó diversas misiones aéreas y terrestres en apoyo a la autoridad civil con el objetivo de contribuir a controlar los niveles de contagio frente a la emergencia sanitaria.
En cada una de estas tareas, los integrantes de la Institución demostraron su vocación de servicio y permanente entrega para cumplir la misión encomendada.
Junto al manejo de alta tecnología y de contar con gran capacidad operativa, la Fuerza Aérea está integrada por mujeres y hombres que trabajan para el cumplimiento efectivo de la misión. La verdadera fortaleza institucional radica en las personas que la integran, quienes más allá de sus talentos y características profesionales responden a su condición de seres humanos racionales y espirituales y que tienen la capacidad de cultivar valores y darle sentido ético al cumplimiento del deber que los mueve.
La mirada visionaria del Comodoro Merino Benítez también ha sido plasmada en las distintas generaciones de Aviadores Militares de la Fuerza Aérea de Chile, quienes en la década de los 90 decidieron iniciar el empleo del espacio con la serie de satélites FASat, que han aportado importantes beneficios del país.
En este esfuerzo por impulsar el ámbito espacial para Chile, la Fuerza Aérea desde el año 2019 se encuentra abocada al proyecto del Sistema Nacional Satelital que estará disponible no tan solo para la defensa sino también para el sector público, privado y para todos los habitantes del país.
En este sentido, la FACH trabaja en la construcción del Centro Nacional Espacial, el que se espera esté terminado a fines de este año, y que tendrá una superficie aproximada de 5.000 metros cuadrados y sus instalaciones contemplan un Centro de Control de Misión que será el lugar donde se operarán los satélites; un laboratorio donde se fabricarán los dispositivos; y un laboratorio de datos que considera cinco data center más dos supercomputadoras que se van a sumar a los que el país ya tiene. Este proyecto permitirá la construcción progresiva de una constelación nacional de satélites compuesto por ocho microsatélites.
En 2024, la Institución materializó la Operación Estrella Polar III, misión liderada por la Fuerza Aérea de Chile y que el pasado 3 de enero concretó el traslado del Presidente de la República Gabriel Boric Font hasta el Polo Sur, convirtiéndose en el primer mandatario latinoamericano en ejercicio en llegar hasta este recóndito lugar, reafirmando la vocación antártica de Chile y demostrando las capacidades aéreas de la Institución.
La Operación destacó las excepcionales capacidades operacionales y logísticas de la Fuerza Aérea de Chile, las que permitieron coordinar y ejecutar exitosamente una de las expediciones más desafiantes del planeta, respaldadas por un equipo de Aviadores Militares de primer nivel, dando cuenta cómo el Estado de Chile cuenta con las capacidades militares y científicas para ejercer sus aspiraciones antárticas.
Asimismo, es importante destacar que, a contar de este año, los Cadetes de la Escuela de Aviación “Capitán Manuel Ávalos Pardo”, es la primera promoción de Aviadores Militares que cursará la carrera de Ingeniería Aeroespacial, impartida exclusivamente a los Cadetes que ingresan a la Escuela de Aviación, para formarse como futuros Oficiales de la Fuerza Aérea de Chile.
Esta nueva formación académica, que imparte a contar de este año la Escuela de Aviación en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez, se enmarca en el nuevo perfil profesional del Aviador del Centenario, que busca la Institución para enfrentar los desafíos futuros.
La carrera de Ingeniería Aeroespacial cuenta con una malla curricular cuya duración será de siete años, tras los cuales se egresará con el grado de Oficial de la Fuerza Aérea con el título profesional de Ingeniero Aeroespacial y grado de Magister en Ingeniería Aeroespacial, además de la especialización como Piloto de Guerra, Ingeniería Aeronáutica, Defensa Antiaérea, Telecomunicaciones e Informática o Ingeniería en Administración.
De esta manera, la Fuerza Aérea se enfrenta día a día a los desafíos que le impone el presente y el futuro, sus mujeres y hombres lo hacen demostrando un gran espíritu de servicio público y con un gran amor a la Patria.
Fuerza Aérea de Chile/Marzo 21 de 2025
