
Ya se trate de misiones aéreas en la Guerra del Golfo o de misiones de ayuda en la antigua Yugoslavia, muchas de estas imágenes muestran misiones nocturnas. Esto se debe a que la oscuridad ofrece una variada protección contra los enemigos. Cuanto más alto se vuela y más oscuro está, más seguro es. El inconveniente: las tripulaciones ven menos sin ayudas y son menos capaces de orientarse.
Si cierras los ojos y te das la vuelta, pierdes rápidamente la orientación. Si luego se detiene bruscamente, tiene la impresión de que sigues girando. Durante el día, el piloto percibe el movimiento del avión mirando hacia el exterior. El cerebro sincroniza la percepción y el movimiento. En la oscuridad total, faltan estas referencias necesarias. La desorientación y las náuseas se intensifican al mirar hacia el interior de la cabina. Esta es una experiencia que los pasajeros de un coche pueden tener incluso durante el día si se concentran en su teléfono móvil y no miran al exterior.
Lo que se ha aprendido durante el día con buena visibilidad en la vida cotidiana y durante los ejercicios debe dominarse también en la oscuridad bajo las condiciones cambiantes. Por ejemplo, ya es un reto durante el día acoplar el reactor con un avión de reabastecimiento. De noche es aún más difícil. Pero si no puedes hacerlo, pones en peligro tu propia misión y posiblemente toda la misión. Por eso son tan importantes los vuelos nocturnos de entrenamiento.
Ayudas con limitaciones
Las gafas de visión nocturna ofrecen a los pilotos más orientación e información adicional en la oscuridad. Esto facilita el reconocimiento de los movimientos, así como de otras aeronaves y del destino de la misión. Sin embargo, la visualización está ligeramente retrasada y la visión 3D se reduce considerablemente. Esto conlleva un cambio en la percepción de las distancias y la velocidad, al que los miembros de la tripulación tienen que acostumbrarse. Además, la iluminación y las pantallas de la cabina deben adaptarse a la ayuda. Esto también requiere entrenamiento.
Un plan de preparación operativa
Al igual que en el examen de conducir un coche, los pilotos tienen que realizar vuelos diurnos y nocturnos con tareas diferentes. Los pilotos de la Bundeswehr tienen que repetir estos elementos de entrenamiento con regularidad para mantener su plena disponibilidad operativa. No solo cuenta el número de horas de vuelo en la cabina y en el simulador. El programa también incluye tareas generales como despegues y aterrizajes, procedimientos de reabastecimiento en vuelo con éxito y el uso de las armas, el reconocimiento, la adquisición de objetivos y los sistemas de autoprotección desplegados en la unidad.
Solo se clasifican como «plenamente operativos» aquellos que cumplen con el entrenamiento previsto y practican vuelos durante el día, en el simulador y también por la noche. Y eso es exactamente lo que tienen que ser los pilotos.
Bundeswehr/Marzo 26 de 2025