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El avión supersónico silencioso de investigación X-59 de la NASA ha dado otro paso hacia el vuelo con la conclusión de una serie de pruebas de rendimiento del motor.
En preparación del primer vuelo del X-59, previsto para este año, la NASA y Lockheed Martin completaron con éxito las pruebas de funcionamiento del motor del avión en enero. El motor, un F414-GE-100 modificado que alimenta los subsistemas de vuelo e integrados de la aeronave, cumplió las expectativas durante tres pruebas cada vez más complicadas que se realizaron entre octubre y enero en las instalaciones Skunk Works de Lockheed Martin en Palmdale, California.
«Hemos superado con éxito las pruebas en tierra de nuestros motores, tal y como habíamos planeado», declaró Raymond Castner, jefe de propulsión del X-59 en el Centro de Investigación Glenn de la NASA en Cleveland. «No ha habido ningún problema importante. Obtuvimos un flujo de aire suave y constante, tal y como se predijo en las pruebas del túnel de viento. No tuvimos problemas estructurales ni de vibraciones excesivas. Y las partes del motor y del avión que necesitaban refrigeración la estaban recibiendo».
Las pruebas comenzaron con la comprobación del funcionamiento de los sistemas hidráulico, eléctrico y de control ambiental del avión cuando el motor estaba encendido pero al ralentí. A continuación, el equipo realizó comprobaciones del acelerador, poniendo el avión a plena potencia y disparando al máximo el postquemador, un componente del motor que genera empuje adicional.
La tercera prueba, de aceleración rápida, consistió en mover el acelerador rápidamente hacia adelante y hacia atrás para comprobar que el motor respondía al instante. El motor produce hasta 22.000 libras de empuje para alcanzar una velocidad de crucero deseada de Mach 1,4 (925 millas por hora) a una altitud de aproximadamente 55.000 pies.
El motor del X-59, similar a los del F-18 Super Hornet de la Marina estadounidense, está montado en la parte superior del avión para reducir el nivel de ruido que llega al suelo. Muchas de las características del X-59, incluido su morro de 38 pies de largo, están diseñadas para reducir el ruido de un estampido sónico al de un mero «golpe», similar al sonido de la puerta de un coche al cerrarse.
Los siguientes pasos antes del primer vuelo incluirán la evaluación del X-59 para detectar posibles efectos de interferencia electromagnética, así como pruebas de «pájaro de aluminio», durante las cuales se suministrarán datos al avión tanto en condiciones normales como de fallo. También se llevarán a cabo una serie de pruebas de rodaje y otros preparativos antes del primer vuelo.
El X-59 es la pieza central de la misión Quesst de la NASA, que pretende resolver uno de los principales obstáculos a los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra haciendo más silenciosos los estampidos sónicos.
NASA/Febrero 11 de 2025