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Posicionamiento de ALTA ante la creación de nuevo impuesto a los viajes aéreos en Argentina

Tiempo de lectura: 4 minutos

La demanda de los pasajeros aéreos, especialmente de turismo (que hoy día representan más del 80% de los viajeros en la región), es sumamente elástica. Esto quiere decir que cualquier variación en la tarifa a pagar se ve rápida y directamente reflejada en el número de viajeros. Por ello, lo que pueden parecer unos pocos pesos adicionales en la tarifa final que pagan los usuarios inclina la balanza para que ellos cambien el medio de transporte más seguro y eficiente por alternativas en tierra o que simplemente se decidan por otro destino a donde el tiquete aéreo es más económico.

La demanda de los pasajeros aéreos, especialmente de turismo (que hoy día representan más del 80% de los viajeros en la región), es sumamente elástica. Esto quiere decir que cualquier variación en la tarifa a pagar se ve rápida y directamente reflejada en el número de viajeros. Por ello, lo que pueden parecer unos pocos pesos adicionales en la tarifa final que pagan los usuarios inclina la balanza para que ellos cambien el medio de transporte más seguro y eficiente por alternativas en tierra o que simplemente se decidan por otro destino a donde el tiquete aéreo es más económico.   

“La tarifa del tiquete aéreo es la gran puerta de entrada a los países. Pensando de manera sistémica, todo empieza con la búsqueda de los tiquetes. Si el costo es alto o más alto que otros destinos, el pasajero podría decidir no viajar o elegir otro lugar. Es una realidad. Por ello, a pesar de los esfuerzos que vienen realizando hace años los operadores en la región por hacer sus costos operativos más eficientes para trasladar esas eficiencias a los usuarios, vemos una realidad compleja que son los múltiples impuestos, tasas y fees que encarecen la tarifa final que ven y deben asumir los pasajeros”, comenta Jose Ricardo Botelho, director ejecutivo & CEO de ALTA. Argentina es el país que más grava la actividad aérea en la región, encareciendo sustancialmente la tarifa del tiquete aéreo que debe pagar el viajero, en ocasiones hasta duplicando la tarifa base que cubre la operación aérea. Un boleto emitido en Argentina en pesos tiene un total de 7 tasas e impuestos, a saber: tasa de uso de aeropuerto (USD 57), tasa de migraciones y aduana (USD 10), tasa de seguridad (USD 8), impuesto a las ganancias (45%), impuesto país (30%), retención al impuesto a las ganancias (5%) y el impuesto de la dirección nacional de turismo (7%) + 25% dólar Qatar y ahora Impuesto PSA, lo que convierte a Argentina en el país con mayores cargas impositivas para el pasajero. Al mismo tiempo, Argentina es un país con más de 22.4 millones de pasajeros anuales (prepandemia), que generan el 329 mil empleos directos en el país y 2.1% del PIB (Fuente: Oxford Economics). 

En América Latina y el Caribe tenemos países que han reducido gravámenes al transporte aéreo y de inmediato el número de pasajeros comienza a incrementar sustancialmente, atrayendo a más turistas, eventos y negocios que generan consumos en el país: hoteles, transporte, comidas, entretenimiento, servicios, y un largo etcétera que genera empleos e ingresos para la población y para el país. Subir la tarifa final del tiquete incrementa las barreras de entrada al país, la posibilidad de la población trasladarse en el medio más seguro y eficiente dentro de sus fronteras, resta la competitividad frente a otros destinos que comparten la visión de facilitar el ingreso a los viajeros pues están convencidos de que, a más pasajeros, más dinamismo a la economía local. Como sabemos, hace mucho la aviación dejó de ser un lujo para ser un servicio esencial. El medio de transporte más inclusivo en la sociedad y un medio fundamental en Latinoamérica y el Caribe. La lógica económica demuestra que cuanto menos se grava este sector, más posibilidades de crecimiento tiene y más desarrollo genera en el país, porque hay más personas volando, más desarrollo de infraestructura, más empleos y más bienestar social. Este nuevo impuesto agrava aún más la reducida competitividad del país para atraer viajeros que disfruten de la rica cultura, las bellezas naturales y el ambiente de negocios. Se trata de una extensa cadena de valor que pierde grandes oportunidades para generar bienestar socioeconómico a la población. “Existen buenas prácticas y ejemplos concretos que demuestran cómo una tributación equilibrada y eficiente atrae viajeros internacionales y nacionales, activa múltiples industrias y genera mayores ingresos para el Estado y la población. Es importante recalcar que aviación es una de las industrias más agravadas mundialmente y en Argentina lo es aún más”, agregó Botelho. 

El desarrollo socioeconómico no solo viene de los viajeros internacionales. El inmenso valor socioeconómico que activa la aviación no solo viene del viajero internacional y el turista. El ciudadano que desea visitar familiares y amigos, el comerciante que necesita viajar a otras provincias para generar negocios que sustentan a su familia, la persona que necesita atención médica urgente son algunos ejemplos de viajeros domésticos o de cabotaje que requieren el servicio esencial que presta la aviación, especialmente en países continentales como Argentina. Poner más costos es poner más barreras a un servicio esencial. Aviación ha demostrado un rol fundamental en el transporte de bienes esenciales, los cuales se transportan en gran medida en las barrigas de aviones que transportan pasajeros. Una reducción en el número de vuelos, operadores y rutas tendría un impacto en cadenas de suministro, especialmente de bienes perecederos y esenciales como son los medicamentos, vacunas, alimentos, entre otros. Desde ALTA reiteramos que cada país tiene poder de decisión y lo respetamos, pero como asociación regional que representa cerca del 80% del tráfico aéreo en la región nos vemos en la obligación de alertar sobre el reto y el impacto negativo que representa incrementar los gravámenes al transporte aéreo, que impactan directamente a la población. Al mismo tiempo nos ponemos a disposición de las autoridades pertinentes para brindar datos y apoyo técnico, traer buenas prácticas regionales e internacionales que permitan contribuir a los servicios que recibe la actividad aeronáutica de manera eficiente y sustentable, de una manera que promueva la cantidad de vuelos y pasajeros y genere más beneficios para la nación. Esperamos que las autoridades oigan a la industria que conecta al país, que lleva oportunidades incluso a lugares remotos, que promueve la cultura argentina y que genera negocios. Donde está la aviación está el desarrollo y nuestro compromiso es contribuir a que toda la región esté conectada y tenga acceso a los beneficios económicos y sociales que genera la actividad aeronáutica.

ALTA/Octubre 27 de 2022

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