El martes 17 de junio, tuvo lugar en Walcourt un ejercicio de crisis a gran escala. Fue organizado por el gobernador de la provincia de Namur, en cooperación con el Ministerio de Defensa y la base aérea de Florennes. El escenario simulaba las consecuencias de una colisión grave entre un caza F-35 y un pequeño avión civil biplaza. Pero, ¿para qué sirve un escenario tan catastrófico?
Este ejercicio es un requisito anual para las bases aéreas de Bélgica y su principal objetivo es poner a prueba y mejorar la coordinación entre los servicios civiles y militares en situaciones de emergencia.
Como la llegada del F-35 está prevista para este otoño, nuestro futuro caza estaba en el centro del escenario.
Un escenario complejo
En el escenario ficticio, un F-35 colisionó con un biplaza turístico sobre el pueblo de Somzée y se estrelló cerca de un cementerio, hiriendo a unas 30 personas. El piloto consiguió salvarse inicialmente con su asiento eyectable, pero más tarde se estrelló contra un árbol y murió.
A continuación, la aeronave civil se estrelló contra un coche, hiriendo a otras dos personas.
En total se utilizaron unos 100 extras para que el ejercicio fuera lo más realista posible.
Ejercicio interdisciplinar
Un accidente aéreo en un entorno civil requiere una estrecha cooperación entre diferentes disciplinas: bomberos, policía, protección civil, Cruz Roja… todos tienen que aprender a trabajar juntos.
¿Asegurar el perímetro? Eso es tarea de la policía. ¿Abrir un refugio? Eso lo hacen los servicios de emergencia. Cada uno tiene sus tareas específicas y hace lo que puede para tener la situación bajo control.
Estos ejercicios son esenciales para garantizar una preparación óptima y una cooperación eficaz en incidentes como un accidente aéreo. Sin duda marcan la diferencia en una emergencia real.
Además de esta cooperación, la comunicación con la prensa y el público también debe organizarse eficazmente en un accidente de este tipo.
Defensa de Bélgica/Junio 17 de 2025
