Nueva York siempre ha sido una ciudad aparte para Air France. Durante los últimos 75 años, estas dos ciudades han sentado las bases de la increíble aventura. La experiencia de Air France ha recurrido a esta ruta tan especial para convertirla en un laboratorio de creación e innovación que transformó para siempre el arte de viajar en avión.
La historia comenzó el 24 de junio de 1946, cuando un DC4 llamado «Ciel d’île de France» despegó de París-Orly a las 19:00 horas. Después de 23 horas y 45 minutos, a una velocidad media de 305 km/h y dos escalas, una en Irlanda y la otra en Terre Neuve, el primer servicio programado aterrizó en Nueva York.
Unos meses más tarde, en enero de 1947, la introducción del Lockheed Constellation hizo posible eliminar una de las escalas de salida y hacer que el viaje de regreso fuera directo. A bordo, los equipos de Air France inventaron una cabina modular (con hasta 46 asientos en un vuelo diurno y 22 literas en la noche) con un servicio, luego llamado «Golden Comet», que forjó la reputación de la aerolínea para siempre.
El 19 de noviembre de 1953, una versión mejorada del Lockheed Constellation conocida como “Constellation Super G” permitió a Air France ofrecer aún más comodidad, con un lounge bar, cabinas privadas y camas reales a bordo. La ruta de Nueva York se hizo legendaria con el «Parisian Special» en el viaje de ida y el «Golden Parisian» en el regreso. El 31 de enero de 1960, la era de las hélices dio paso a la era de los reactores, con el «Château de Versailles», un nuevo B707, que voló de París a Nueva York en la mitad del tiempo que solía tomar, a una velocidad de crucero de 900 km / h, todo con un lujo y una comodidad incomparables.
Diez años después, el 3 de junio de 1970, se produjo una nueva revolución para Air France, con el primer vuelo comercial del B747. Había comenzado la era de los viajes aéreos masivos con Jumbo Jet, sin desviarse de la tradición de lujo y el placer de viajar.
El 22 de noviembre de 1977, Air France asignó su avión más espectacular a esta ruta ahora legendaria. A 2.200 km/h, y con un tiempo de vuelo de 3:30 hrs, el Concorde se liberó del espacio y el tiempo y permitió a Air France volar más rápido que el sol.
El 21 de noviembre de 2009, el avión de pasajeros más grande de la historia aterrizó con un beso en la pista de aterrizaje de New York-JFK. Air France selló permanentemente su nombre en los libros de récords con el A380 al continuar brindando a sus 516 pasajeros lo mejor en aviación civil.
2014 marcó un nuevo hito en la historia de la ruta. En los vuelos a este destino insignia, Air France optó por reinventarse al presentar, a bordo de un B777, el avance de todos sus productos y servicios, en particular la nueva suite La Première.
En 2020, mientras el mundo atravesaba una crisis sanitaria sin precedentes, Air France se vio obligada a reducir drásticamente su horario de vuelos a Nueva York. Sin embargo, la aerolínea ha mantenido un servicio regular entre París-Charles de Gaulle y Nueva York-JFK, con un puente aéreo que permite repatriar a muchos ciudadanos franceses y estadounidenses a sus respectivos países. Air France también ha mantenido una importante actividad de carga hacia este destino mediante el transporte de mercancías a través del Atlántico.
Ahora, en 2021, Air France mantiene su compromiso de salud «Air France Protect» a bordo y extiende su política totalmente flexible hasta finales de diciembre de 2021.
Del mismo modo, Air France adapta constantemente su horario de vuelos a los cambios en el contexto de la salud mundial. Con la reapertura gradual de fronteras, este verano la aerolínea ofrece hasta 3 frecuencias diarias entre París y Nueva York-JFK y más de 100 salidas semanales desde 12 ciudades estadounidenses, con conexiones a Europa a través de su hub París-Charles de Gaulle.
Air France/Junio 25 de 2021