Un B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos voló desde el Ala de Bombarderos 509, Base de la Fuerza Aérea Whiteman, Missouri, a la Base de la Fuerza Aérea Real Australiana Amberley, Australia, el 23 de marzo de 2022, para ejecutar el entrenamiento con la Fuerza Aérea Real Australiana para aumentar la interoperabilidad con un aliado crítico y operar hacia adelante en la región Indo-Pacífica.
Estados Unidos y Australia mantienen una sólida relación basada en valores democráticos compartidos, intereses comunes y afinidades culturales. La alianza es un ancla para la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico y en todo el mundo.
Una vez en el espacio aéreo australiano, el B-2 se unió a un KC-135 Stratotanker de la Guardia Nacional Aérea de Alaska para completar el reabastecimiento aéreo antes de integrarse con ocho aviones de combate -dos F-35A Lightning II de la Real Fuerza Aérea Australiana, dos EA-18 Growlers de la RAAF, dos F/A-18F Super Hornets de la RAAF y dos F-16C Aggressors de la Fuerza Aérea de Estados Unidos- para llevar a cabo operaciones de entrenamiento.
A continuación, el B-2 aterrizó en Amberley -por primera vez- y llevó a cabo un intercambio de tripulaciones antes de pasar al aire, integrándose con los F-22 Raptors de la Base Conjunta Pearl Harbor-Hickam, en Hawai, y regresando a Whiteman.
El Almirante de la Marina de los Estados Unidos John C. Aquilino, comandante del Mando Indo-Pacífico de los Estados Unidos, y el Vice-Mariscal del Aire de la Real Fuerza Aérea Australiana Joe Iervasi, Comandante del Aire de Australia, observaron los aviones B-2 en tierra en Amberley y se reunieron con las tripulaciones de aire y tierra.
«Este es el teatro de operaciones más importante, con los problemas de seguridad más desafiantes… y avanzar en nuestra interoperabilidad con aliados críticos como Australia es fundamental para mantener un Indo-Pacífico libre y abierto», dijo Aquilino. «Hay muchos aspectos que se llevan a cabo diariamente para seguir avanzando en la relación de seguridad de forma positiva para proporcionar disuasión, prevenir la guerra y mantener la paz y la estabilidad dentro de la región».
Aquilino dijo que a través de compromisos de entrenamiento como éste, reforzamos la resistencia, la capacidad y la cooperación entre las fuerzas armadas estadounidenses y australianas.
El vicemariscal del aire Iervasi se hizo eco de la importancia del entrenamiento y del aumento de la interoperabilidad.
«Esta es nuestra relación más importante en la región del Indo-Pacífico», dijo Iervasi. «Tenemos lazos duraderos que se remontan a décadas atrás y compartimos valores e intereses comunes y seguiremos colaborando y manteniendo esta asociación fuerte».
El teniente coronel de la Fuerza Aérea de EE.UU. Christopher Conant, comandante del 393º Escuadrón de Bombas, dirigió el esfuerzo de EE.UU. sobre el terreno y dijo que con misiones como ésta es como ejercitamos nuestra capacidad de ataque global.
«Nuestro trabajo es salir y apoyar a nuestros Comandantes de Combate y siempre nos entusiasma estar en el Indo-Pacífico», dijo Conant. «El pilar principal de la Estrategia de Defensa Nacional es la construcción de relaciones con nuestros aliados y socios porque la lucha bélica es un deporte de equipo, y nuestra red de alianzas y asociaciones sigue siendo la columna vertebral de la seguridad global».
Mientras las tripulaciones de los B-2 trabajaban en equipo con sus homólogos de la RAAF y con sus compañeros estadounidenses en el aire, otros aviadores estadounidenses realizaban operaciones conjuntas en tierra trabajando codo con codo con diferentes miembros de la RAAF como: fuerzas de seguridad, combustibles, mantenimiento y bomberos.
Operar en cualquier lugar fuera de la estación de origen puede conllevar su propio conjunto de desafíos, que nuestros aviadores son capaces de superar trabajando juntos.
«La coordinación y la comunicación son la clave para superar cualquier situación y, a la larga, nos irá mejor», dijo el sargento mayor de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. Aaron Porter, superintendente de combustibles del 509º Escuadrón de Preparación Logística. «Para eso sirven estas misiones, para construir relaciones con nuestros aliados y socios, para superar los retos y para mejorar las cosas en el futuro».
Estados Unidos busca cada oportunidad de entrenar junto a sus aliados y socios para demostrar la interoperabilidad y reforzar la capacidad colectiva de apoyar un Indo-Pacífico libre y abierto, y esta misión más reciente no fue una excepción.
Durante el viaje de ida y vuelta de más de 50 horas a Australia, el B-2 demostró la credibilidad de nuestras fuerzas para hacer frente a un entorno de seguridad complejo e incierto y demostró aún más las capacidades de alcance global de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.
Las fuerzas estadounidenses, junto con sus homólogos australianos, aumentan continuamente la capacidad de las fuerzas a través de ejercicios y compromisos recurrentes, incluyendo misiones de entrenamiento de aeronaves, contribuyendo a una fuerza más interoperable y resistente.
ANG/ROYAL AUSTRALIAN AIR FORCE BASE AMBERLEY, Aus. Marzo 24 de 2022
