Este año celebramos el 50 aniversario de dos aviones de combate legendarios: el F-16 Fighting Falcon y el P.01 Panavia Tornado. Aunque nacidos en circunstancias diferentes y pilotados por Fuerzas Aéreas distintas, las historias de estos cazas se definen por la innovación, la interoperabilidad y el estatus de incondicionales en sus flotas.
Cada vez que sus motores atronan las colinas alemanas al despegar en Spangdahlem, el F-16 Fighting Falcon («Viper») suma ya casi 20 millones de horas de vuelo desde que surcó los cielos por primera vez. Aunque los actuales pilotos profesionales del Viper dominan el arte de maniobrar este temible caza, la historia del avión ha sido desde el principio la de una adaptación espontánea a circunstancias imprevistas, el tipo de flexibilidad que requiere una Fuerza Aérea y una alianza de la OTAN enfrentadas a una serie de retos en constante evolución.
Tras el conflicto de Vietnam, los altos mandos de la Fuerza Aérea (USAF), deseosos de contar con un verdadero «caza ligero», abogaron por el desarrollo de un avión que sirviera para una única función de combate: las peleas de perros. Este mandato determinó en gran medida el diseño de lo que se convirtió en el prototipo YF-16, marcándolo desde su nacimiento como una plataforma sumamente ágil para aprovechar y mantener la superioridad aérea.
Aunque aún no estaba preparado para su vuelo inaugural, el destino obligó al prototipo Viper a volar de todos modos. El 20 de enero de 1974, Phil Oestricher, piloto de pruebas asignado al Ala de Pruebas 412, sintió que su avión se volvía tan inestable durante las pruebas de rodaje a alta velocidad que se vio obligado a despegar y rodear la pista en la Base de la Fuerza Aérea de Edwards, California. A pesar del incidente inicial, el avión se comportó a la perfección en manos de Oestricher a medida que piloto y avión se aclimataban el uno al otro. Tras otra salida, prevista para el mes siguiente, el legado del Viper despegó oficialmente.
Aunque los diseñadores habían imaginado originalmente un caza de superioridad aérea pura, los diversos retos del último medio siglo forzaron el desarrollo de la versatilidad del avión a través de múltiples variantes y opciones de carga. Estos pasos evolutivos maximizaron la agilidad y adaptabilidad del Viper para una amplia gama de misiones, permitiendo a los pilotos volar y combatir en un impresionante abanico de operaciones sin apenas previo aviso. Fabricado a través de un consorcio entre Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Portugal, el fuselaje representa también el impresionante potencial de la sólida cooperación de la OTAN.
Panavia Tornado
El 14 de agosto de 1974, siete meses después del primer vuelo del Viper, se produjo otro hito en la historia de la aviación militar en Manching, Alemania: Panavia Aircraft lanzó al aire por primera vez el prototipo P.01 Panavia Tornado. Este logro supuso la culminación de un esfuerzo de seis años por parte de Alemania, Italia y el Reino Unido para satisfacer las necesidades de diversificación del poder aéreo de la OTAN. Aún hoy, el proyecto Tornado constituye el mayor programa de cooperación en aviación militar de la historia europea. El Tornado representó un esfuerzo concertado para producir un «avión de combate multirol» que redujera la variedad de fuselajes de combate de la Luftwaffe, la Real Fuerza Aérea y la Aeronautica Militare.
Con un fuselaje y una cola de fabricación germano-británica y alas de barrido variable de fabricación italiana, el Tornado es otra feroz expresión de la cohesión de la OTAN. Aunque en un principio estaba destinado principalmente a realizar ataques de alta velocidad a baja altura sobre objetivos terrestres enemigos, el Tornado, al igual que el Viper, se adaptó a las contingencias del mundo real. La producción acabaría centrándose en múltiples variantes, cada una de ellas diseñada para misiones específicas: interdicción, guerra electrónica y supresión y defensa antiaérea del enemigo. En la actualidad, el Tornado cuenta con más de tres millones de horas de vuelo, muchas de ellas en combate.
Juntos, el Viper y el Tornado ejemplifican todo el potencial de la aviación militar cuando se une a la máxima agilidad operativa y a los resultados de la cooperación multinacional, que es la base de la fortaleza y resistencia de la OTAN.
USAF/Mayo 29 de 2024