Tras despegar con éxito de la pista de aterrizaje de Spaceport Cornwall -que hace sólo unas semanas pasó de ser una simple losa de cemento vacía en un aeropuerto comercial a convertirse en el centro de operaciones de lanzamientos espaciales más nuevo del mundo- y desplazarse hasta la zona de lanzamiento designada, Cosmic Girl, el 747 personalizado que sirve de avión portador del sistema LauncherOne, soltó con éxito el cohete.
A continuación, el cohete encendió sus motores, alcanzó rápidamente la velocidad hipersónica y llegó con éxito al espacio. El vuelo continuó con la separación de las etapas y el encendido de la segunda. Sin embargo, en algún momento durante el encendido del motor de la segunda etapa del cohete y con el cohete viajando a una velocidad de más de 11.000 millas por hora, el sistema experimentó una anomalía, terminando la misión prematuramente.
Aunque la misión no alcanzó su órbita final, al llegar al espacio y conseguir numerosos logros significativos por primera vez, representa un importante paso adelante. El esfuerzo detrás del vuelo reunió nuevas asociaciones y la colaboración integrada de una amplia gama de socios, entre ellos la Agencia Espacial del Reino Unido, la Real Fuerza Aérea, la Autoridad de Aviación Civil, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, la Oficina Nacional de Reconocimiento, y más, y demostró que el lanzamiento espacial es factible desde suelo británico.
De las cinco misiones de LauncherOne con cargas útiles para empresas privadas y organismos gubernamentales, ésta ha sido la primera en no alcanzar la órbita de destino.
Virgin Orbit/Enero 10 de 2023