Mientras continúa la temporada de verano para los Embajadores de la Fuerza Aérea y Espacial francesa, el Rafale Solo Display acaba de concluir una serie de cuatro presentaciones en el extranjero en menos de un mes.
Formar parte del equipo Rafale Solo Display (RSD) no es sólo un deporte para el piloto. Sino también para todo el personal que le acompaña a las distintas reuniones y actuaciones. Tras dos exhibiciones aéreas internacionales en el Reino Unido y Noruega a principios de temporada, el equipo RSD ha demostrado recientemente su capacidad de adaptación.
Del 29 de agosto al 23 de septiembre, el embajador del Ejército del Aire y de la Agencia Espacial Francesa (AAE) voló a Bucarest, en Rumanía, y después surcó los cielos hasta El Alamein, en Egipto, para regresar a Jesolo, en Italia, antes de terminar su gira en Sanicole, en Bélgica. Durante un mes, el Rafale, repintado con los colores del 90º aniversario de la AAE, surcó los cielos del mundo.
Adaptabilidad como lema
Desde 2009, el Rafale Solo Display trabaja como embajador de la AAE, demostrando las capacidades técnicas del Rafale. Mediante acrobacias aéreas, el capitán Jean-Brice «Mimouss», actual piloto del RSD, lleva el avión hasta sus límites.
Como explica el suboficial Geoffrey, responsable técnico del equipo en tres de los cuatro emplazamientos: «Cuando nos desplegamos en el extranjero, la logística es inevitablemente más complicada, porque en Francia, si nos falta una pieza, podemos hacer que nos la envíen fácilmente desde Saint-Dizier gracias a los mecánicos de guardia, mientras que aquí tenemos que ser más proactivos con nuestro paquete técnico».
Así fue como, tras prever una avería en el sistema hidráulico del avión, la pieza se envió de Saint-Dizier a Évreux, desde donde partía un C-130J para llevar al equipo RSD de Bucarest a Egipto.
Proyección rápida y eficaz
Otra cosa que el equipo de presentación tiene que planificar es el desplazamiento de un caza francés sobre los distintos países que tiene que sobrevolar para llegar a las reuniones. El mes pasado fue todo un reto en este sentido. Como explica el capitán Jean-Brice, esta fase fue más intensa desde el punto de vista logístico debido a las autorizaciones necesarias para sobrevolar los distintos espacios aéreos.
Por ejemplo, para llegar a Rumanía desde Francia, hay que sobrevolar Alemania, Suiza, Austria, Eslovenia y Bulgaria. También en este caso, la anticipación es la consigna del capitán Mimouss: «Sea cual sea el país al que nos dirigimos, siempre adoptamos la norma más restrictiva en cuanto a alturas de vuelo, velocidad, etc., ya sea la nuestra o la del país anfitrión».
L’Armée de l’Air et de l’Espace/Octubre 03 de 2024