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«RAMSTEIN FLAG 2024»: entre bastidores del E-3F AWACS francés

Tiempo de lectura: 3 minutos
©Armée de l’Air et de l’Espace

Desplegados como parte del ejercicio de alta intensidad «Ramstein Flag 2024», tres Sistemas Aerotransportados de Alerta y Control (AWACS) están realizando una contribución vital a la conducción de las operaciones aéreas. Uno de ellos, un E-3F AWACS de la base aérea 702 de Avord, vino a echar una mano a las tripulaciones de los cazas que participan en el ejercicio.

Mientras las misiones de combate aéreo están en pleno apogeo desde la base aérea griega de Andravida, sede del ejercicio aliado Ramstein Flag 2024, un E-3F Awacs de la 36ª Ala Aerotransportada de Mando y Control (EC2A) se ha acuartelado a 120 km de distancia. En la base de operaciones avanzadas de Aktion, cerca de la ciudad de Preveza, el avión radar trabaja conjuntamente con dos Boeing E-3A AWACS de la OTAN procedentes de la base aérea de Geilenkirchen (Alemania) para llevar a cabo las misiones de los cazas aliados.

Interoperabilidad y subsidiariedad
Por parte del destacamento francés, estuvieron presentes nada menos que 59 aviadores y tres oficiales de enlace de la base aérea 702 Avord. «Mi papel es garantizar la coherencia y la sinergia de la tripulación para que el servicio prestado a los cazas sea el mejor posible», explica el comandante Benoît, jefe del destacamento E-3F. Para este controlador aéreo, encargado de la misión desde hace casi cuatro años, la elección del emplazamiento del E-3F es natural: «Es excepcional que un AWACS francés se sitúe en el mismo derecho de paso que los E-3A de la OTAN, y esta proximidad, que es bastante rara, favorece los intercambios, la coordinación y la interoperabilidad», afirma. A pocos metros de la aeronave francesa, uno de los dos E-3A AWACS se unirá a la misión nocturna: «Esta noche realizaremos la fase “Admin” (check-in/check-out y reabastecimiento de combustible) y prestaremos apoyo a un E-3A de la OTAN, que se encargará de los aspectos tácticos y de control del COMAO», añade. Los dos aviones se complementan y alternan sus funciones para cada nueva misión. «Para el reabastecimiento en vuelo, el AWACS garantizará la transición fluida de la información entre los cazas y el avión cisterna canadiense, un CC-150T.

Bajo el indicativo «Cyrano», el E-3F servirá de apoyo al E-3A que participe en la misión. Si el avión de la OTAN se encuentra con un problema técnico en tierra o en vuelo, el AWACS francés puede hacerse cargo de la misión táctica en tiempo real. «En esta bahía, dos controladores aéreos estarán escuchando las frecuencias utilizadas por el E-3A y supervisando la misión, de modo que si algo ocurriera, los controladores podrán reanudar y continuar la formación para evitar poner fin al COMAO», explica el suboficial Jord, operador de inteligencia.

Inmersión en el corazón de la detección
Tras el briefing de la misión, la tripulación se prepara para dirigirse a las bahías para un vuelo de más de cinco horas. Y cada bahía tiene su propia especialidad. Con quince especialidades representadas a bordo, este centro volante de mando y control alberga un amplio abanico de profesiones. Pilotos, técnicos de radar, operadores de vigilancia, operadores de detección pasiva (PDO), controladores aéreos y especialistas en inteligencia electromagnética: es un auténtico hormiguero de actividad, que requiere cierta coordinación. «La misión de esta noche será ofensiva, con unos cuarenta aviones en el aire. Nuestros Rafale llevarán a cabo misiones aire-tierra para destruir objetivos enemigos como defensas tierra-aire y centros de mando en un entorno permisivo, al tiempo que protegen a otros cazas aliados con sus capacidades aire-aire», explica el jefe de la misión.

Equipado con sensores pasivos y un radar de largo alcance, identificable por su imponente cúpula rotatoria, este coloso del aire se encargará de detectar, identificar y clasificar aeronaves aliadas, así como de la localización de objetivos enemigos circundantes a una altitud de unos 10 km, en un radio de varios cientos de kilómetros.

Un poco más adelante, nos encontramos con la suboficial jefe Karine, que se encarga de establecer todos los enlaces de datos del avión en coordinación con el técnico de comunicaciones situado en la parte delantera del aparato. Juntos, ambos se aseguran de que el L16, el enlace de datos tácticos de la OTAN, funcione y esté operativo para poder comunicarse con los cazas aliados.

20:00 h: los Rafale franceses están enel rodaje, listos para el despegue. Mientras los operadores de vigilancia siguen de cerca la evolución de los aviones en el aire, los controladores de a bordo se aseguran de que se transfieren las frecuencias tácticas para poder comunicarse con las tripulaciones. «Una vez que el sistema está ‘en estación’, es decir, listo para los primeros despegues, la misión puede comenzar», afirma el suboficial Jord.

Armée de l’Air et de l’Espace/Octubre 08 de 2024

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