Conozca al magnífico multitarea de los cielos: el banco de pruebas volante de Rolls-Royce. Garantizar la eficacia y fiabilidad de los motores antes de que entren en servicio es un requisito clave, y una de las formas de conseguirlo es en el banco de pruebas volante (FTB-Flying Test Bed), un Boeing 747-200 propiedad de Rolls-Royce.
Con sede en Tucson (Arizona, EE.UU.), se pueden instalar en él diversos motores para probarlos en el aire, lo que proporciona valiosos datos de rendimiento -hasta 20 GB de datos al día, más de lo que consume un hogar medio británico en un mes- que se suman a las exhaustivas pruebas en tierra realizadas anteriormente. Pero el FTB no es sólo para motores nuevos, también puede probar motores en servicio con nuevas actualizaciones tecnológicas.
Ahora mismo, está embarcado en su última misión, volando el nuevo motor Pearl 10X antes de que entre en servicio en el Dassault Falcon 10X. Como el avión suele tener cuatro motores, podemos garantizar la seguridad en todo momento teniendo un motor de pruebas funcionando junto a otros tres motores que ya están establecidos en servicio.
Para estas últimas pruebas, el FTB tiene una mezcla real, convirtiéndose en un avión de cinco motores con el Pearl 10X al que se unen un Trent 1000 y tres RB211.
Una prueba del FTB con una diferencia tuvo lugar en 2021, cuando se utilizó para probar un motor Trent 1000 que funcionaba con combustible de aviación 100% sostenible, mientras que sus otros tres motores RB211 funcionaban con combustible de aviación «estándar». El vuelo de 3 h 45 min desde Tucson sobre Texas y Nuevo México confirmó que no había problemas de ingeniería y formaba parte de nuestro programa más amplio, ya finalizado, para confirmar que nuestros motores en producción son compatibles con el 100% de SAF.
Rolls-Royce/Abril 03 de 2024