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¿Cómo se efectúa el vuelo rasante? La Luftwaffe nos explica

Tiempo de lectura: 3 minutos
No sólo la concentración, sino también la habilidad son necesarias durante un vuelo a baja altura cuando las montañas y la naturaleza están cada vez más cerca. ©Bundeswehr/Luftwaffe

El ejercicio de vuelo a baja altura de los cazas alemanes Tornado durante el despliegue Pacific Skies 24 en Alaska requiere no sólo concentración, sino también destreza. Una preparación minuciosa ayuda a los pilotos. Sin embargo, la batalla contra sus propios instintos es más fuerte de lo esperado.

Cada vuelo puede dividirse en cuatro fases:

  1. Planificación de la misión

En esta fase se prepara un plan para el vuelo. Se recopila y analiza la información. Es esencial evaluar la zona de entrenamiento para planificar posteriormente la ruta de vuelo; de ello se encarga la propia tripulación. Los posibles obstáculos como edificios, vegetación, montañas, etc. se tienen en cuenta en las secciones especificadas. Es esencial que la ruta de vuelo sea lo más precisa posible para que los pilotos puedan navegar con seguridad. La tripulación interioriza la ruta y prepara procedimientos para imprevistos.

  1. Briefing

Es la reunión previa al vuelo con todos los participantes. Se vuelve a compartir toda la información recopilada para estar en sintonía. Son importantes los factores que dependen del día, como el viento y el tiempo a lo largo de las rutas. También se comprueba el bienestar de los pilotos y el estado de la aeronave para poder identificar de antemano todas las posibles fuentes de error y eliminarlas en la medida de lo posible.

  1. El vuelo

El vuelo es la más corta de las cuatro fases, ya que la preparación detallada es crucial y ocupa más tiempo. Aquí es donde se pone en práctica la teoría. Ahora se requieren habilidades de vuelo y experiencia con el sistema de armas.

  1. El debriefing

El debriefing sirve para evaluar el vuelo. ¿Ha ido todo como se esperaba? ¿Qué ha ido bien y qué ha ido mal? Esta información puede ayudar en vuelos posteriores y mejorar los procedimientos.

La máxima prioridad
La seguridad tiene la máxima prioridad en todas las fases. Volar en línea recta no es lo peligroso, sino el cambio de dirección. A unos 850 kilómetros por hora y a una altitud de unos 30 metros, apenas hay tiempo para reaccionar si se ha pasado algo por alto en la planificación. Las copas de los árboles, los pájaros y, aquí en Alaska, las montañas: hay que tenerlo todo en cuenta. Por lo tanto, un briefing detallado es crucial para minimizar las fuentes de peligro. El dicho «cinco minutos de preparación ahorran una hora de ejecución» también se aplica al vuelo.

A unos 850 kilómetros por hora y a unos 30 metros de altura, apenas hay tiempo para reaccionar si se ha pasado algo por alto en la planificación. Por eso se requiere la máxima concentración. ©Bundeswehr/Luftwaffe

El factor humano
Sin embargo, no todo puede captarse mediante una preparación minuciosa. Los instintos humanos son fuertes. Al volar a menor altura, los árboles, por ejemplo, proporcionan puntos de referencia para orientarse sobre la velocidad a la que se viaja. Esto es inusual, ya que de otro modo no existen tales puntos en el aire. El ser humano tiende a querer escapar de esta situación, que percibe como peligrosa. Un instinto de conservación y el respeto de los riesgos. Se prefiere ganar altura. Se requiere disciplina para luchar contra esto y continuar siguiendo la ruta de vuelo. Porque salirse de la ruta prevista puede tener consecuencias. Por lo tanto, la planificación precisa y la sangre fría son cruciales.

El vuelo repasado en el escritorio puede ayudar. Durante la preparación, la ruta y el procedimiento se repasan en la cabeza una y otra vez para interiorizarlos. Solo faltan factores como las fuerzas g, los vientos, los mensajes de radio o los ruidos. También se puede hablar de ello en grupo (hay muchas variantes). Esta técnica también se utiliza en el deporte de competición o en la Fórmula 1 para prepararse adecuadamente. Esto significa que ya no hay que pensar durante mucho tiempo en lo que se va a hacer, sino que se crea tiempo para pensar en cómo hacerlo y ejecutarlo. En definitiva, el repaso del vuelo en escritorio ayuda a estructurar el vuelo en diversas situaciones. Ahorra segundos vitales en el vuelo real.

Pero sigue existiendo un cierto respeto por los peligros que, en última instancia, mantiene vivos a los pilotos y a sus oficiales de sistemas de armas. Instintos que tienen un origen sano.

Bundeswehr/Junio 28 de 2024

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