El Segundo Escuadrón del Quinto Grupo de Aviación (2do / 5to GAV) – Joker Squadron inició, el 10 de septiembre, la campaña de empleo aire-aire del Curso de Especialización Operacional de Aviación de Combate (CEO-CA) de 2020. Durante tres semanas, los futuros pilotos de combate de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) aprenderán las técnicas para desplegar el avión A-29 Super Tucano contra objetivos aéreos.
La campaña se desarrolla desde la sede de la 2ª / 5ª GAV, ubicada en el Ala 10, en Parnamirim (RN). Tras el despegue, la formación con cuatro aviones equipados con ametralladoras calibre .50 tiene a su disposición un espacio aéreo restringido sobre el mar, lo que permite el uso real de armamento sin interferir en regiones habitadas en tierra.
“La fase de tiro aéreo requiere de una mayor preparación y dedicación por parte de los alumnos, pues, mientras intentan lograr buenos resultados en los disparos, el piloto debe estar con buena conciencia situacional para mantenerse adecuado en el circuito con los demás aviones”, explicó uno de los pasantes de CEO-CA. Según él, un buen desempeño solo es posible con mucha preparación antes del vuelo y la dedicación de los instructores en mostrar todos los detalles de la misión.
Para el Comandante de la 2ª / 5ª GAV, Teniente Coronel Aviador José de Almeida Pimentel Neto, la fase de entrenamiento aire-aire es una de las etapas que más impacta en su experiencia operativa. “Ya que no están usando armas sobre un objetivo estático en el suelo, sino sobre un objetivo que se encuentra en movimiento, lo que exige un alto grado de percepción espacial, precisión, concentración y control emocional, siendo, por tanto, uno de los mejores representativos del esencia de la aviación de combate”, dijo.
También de acuerdo con el Comandante de la 2ª / 5ª GAV, con el entrenamiento técnico de tiro aéreo, los aprendices habrán adquirido las habilidades necesarias para realizar acciones de la Fuerza Aérea, como Defensa Aérea, Escolta y Barrido. “La competencia en esta fase es fundamental, ya que, en breve, estos pilotos estarán estratégicamente posicionados en las fronteras del país, pudiendo utilizar sus aeronaves contra el tráfico aéreo que contradiga los intereses nacionales”, concluyó.
Para llevar a cabo la misión, un quinto avión despega equipado con un capullo de objetivo aéreo remolcable. En él, la «manga de viento» (como los pilotos llaman al objetivo aéreo) de nueve metros de largo por 1.8 metros de alto puede soltarse de manera segura con la aeronave ya en vuelo. Después del lanzamiento, la manga de viento se une mediante un cable de poco más de 300 metros de longitud.
Se pinta la munición de la ametralladora calibre .50 (azul, verde, amarillo y rojo) y, al llegar al objetivo, se deja la marca con el color respectivo. Después de aterrizar el avión remolcador, los pilotos pueden verificar sus impactos y analizar su desempeño. La conferencia de manga de viento después de la toma aérea es uno de los momentos más tradicionales en la aviación de combate.
FAB/Septiembre 21 de 2020